lunes, 31 de agosto de 2009

Hijo del Silencio


Hijo del silencio, ensordecedor chillido
Cuantas lágrimas has tenido que derramar hoy
Tan incalculables son las horas de tu delirio
Y como una poesía sin terminar
Se encuentra tu alma, oh fiel trovador
Has soñado con campos de verdes colores, de paz absoluta
Pero continúas caminando, con,
Incesantes pasos en caminos jamás formados

Oh, fiel poeta, amigo mío, mi compañero
Será hoy tu tan anhelada llegada
A ese mundo que tanto imaginabas
Oh, fiel hermano, cuantas batallas hemos librado
Cuantos parajes nunca pensados hemos visitado
Pero ahora, oh caballero
Hijo del silencio, continúas tu camino, con,
Continuos pasos, perpetuos delirios
Canción de invierno en medio verano
Grises tramas en tus ojos
Duras palabras en tu boca

Oh, amigo mío, mi compañero
Que tan adolorido tienes tu corazón
Cuan profunda es tu herida
¿Por qué partiste sin tu escudo y espada?
¿Por qué no pediste mi compañía?, oh hermano mío,
Mirad tu cuerpo mutilado por esa guerra,
Que jamás solo vencerías
Oh, caballero de donde nace el sol, mi hermano
Cuantas lágrimas has de derramar
El viento trata de llevarse consigo
El poco de vida que te que posees
El agua diluyendo la sangre de tus heridas
Y las hojas de los árboles intentando ocultar
La desnudez de tu lisiado cuerpo


Oh, amigo mío, he de vengar tu dolor, tu llanto
Oh, trovador, caminante eterno
Caballero fiel, mi querido hermano
He de presenciar nuevamente tu llegada
Posiblemente en mis sueños
Quizás vuelva a ver tu escudo y espada
Tu caballo blanco, tu traje de oro
Tu brazo firme y de hermano a la vez
Oh, caballero perenne
De fiel verdad y de larga ironía
Vengaré tu muerte, tu dolor
Pero,
Ahora que estoy sepultándote
Me doy cuenta que mi cuerpo bañado en sangre tiembla
Mi espada teñida de rojo gotea
Y de ella cuelga el collar de nuestra hermandad
Y no muy lejos de mi espalda reposa tu cabeza
¡Que he hecho¡
Oh, hermano mío, mi compañero
Perdonadme
He de cumplir mi promesa
Hemos de morir juntos
En las tierras oscuras
Donde no sale el sol
Donde los chillidos de las arpías avisan
Que pronto devorarán nuestras carnes…
Oh, hijo del silencio, amigo mío
Es tan indecible mi traición
Y está tan lejos tu perdón
Que mi vida ha perdido su razón
Hasta siempre…

Josué Fuentes Rivera

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