lunes, 2 de agosto de 2010

Las Naciones Arias Unidas sacan pecho


Los aficionados a las historias de vampiros sureños y a las majaradas del novelista James Ellroy identificamos a la primera ese paisaje de la fotografía. Dos tipos tatuados en tirantes y bermudas, con aspecto de osos sobrealimentados y patibularios, la nuca enrojecida por el sol, el calor y las efusivas libaciones, prenden fuego a una esvástica (¡qué triste sino para un símbolo tan antiguo, oriental y sabio!) en mitad de un tupido bosque al que han llegado en sus pick ups y en sus rancheras coronadas de brillantes faros.
Los dos tipos de la imagen forman parte de las llamadas Naciones Arias Unidas, una organización llamada a sustituir a los encapuchados del Ku Klux Klan, los sujetos de los capirotes, los desmanes y asesinatos racistas que inspiraron aquella arrebatadora película llamada 'Arde Mississippi', con Gene Hackman, Willem Dafoe y la impagable Frances McDormand.
De las Naciones Arias se sabe que las comanda un reverendo llamado Paul Mullet, que tiene evidentes aires neonazis y que fue demandada por insolvencia hace una década. Los sabuesos del FBI le pusieron hace unos años la etiqueta de «amenaza continua de terrorismo». Algo evidente para cualquiera con dos dedos de frente.
Mullet alecciona a sus seguidores con nuevas interpretaciones de la Biblia y se reclama descendiente de Adán, «único origen -clama- de la raza blanca sobre la Tierra. Los judíos son cananeos y descendientes del pecado original de Eva y enemigos del cristianismo». Como lo de Lilith (la amante de Adán previa a la creación de Eva no está demostrado), a ver cómo explica el tal Mullet cómo se las ingenió Adán para expandir su semilla por el mundo sin el concurso de Eva. Las posibilidades que uno imagina son inquietantes, la verdad.

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