Según Inredh el antagonismo entre skinheads y antifascistas viene de hace varios años. Hay 23 denuncias.
La muerte de Abraham Chimborazo, ocurrida el lunes pasado, cerca del Seminario Mayor, en el norte de Quito, es el resultado de la rivalidad entre dos grupos: los skinheads (cabezas rapadas) y los miembros de la denominada Brigada Antifascista. Los primeros, miembros del grupo Acción Nacionalista Revolucionaria, son acusados de realizar prácticas neonazis (buscan la “limpieza social”), ser racistas y actuar con extrema violencia. Mientras que los de la Brigada dicen que se oponen a esas prácticas, aunque también en sus blogs afirman estar preparados para combatir a los neonazis.
Ambas agrupaciones, según la Fundación Regional de Asesoría en Derechos Humanos (Inredh), se habían enfrentado, en varias ocasiones, sin causar muertes, pero sí varios heridos. La historia de los enfrentamientos entre estos grupos de jóvenes no es reciente.
Hay datos de peleas desde el 1999 hasta el 2007. En todas esas grescas hubo acuchillados, heridos de bala, personas con roturas en la cabeza, pero ningún muerto.
Según el registro de la Inredh, en la institución hay 23 denuncias de agresiones de los cabezas rapadas hacia miembros de la Brigada y a varias personas que no comulgan con sus ideas que son calificadas de extrema derecha. De las 23 denuncias, solo dos tienen un expediente en la Fiscalía de Pichincha, una de ellas fue archivada.
La Fundación dio a conocer que Cora Cadena, Álex Macías, Christian Chávez, Doris Recalde, René Aguilar, Gabriel Pacheco, Danilo Carrillo, Sebastián Ogaz y Francisco Reino fueron agredidos, física y verbalmente, por los skinheads.
A Cadena, según un documento de la Inredh, lo habrían golpeado con un objeto contundente (se presume un bate de béisbol) en la cabeza, lo que no le permitió trabajar durante un mes. Ella fue agredida en 2007 afuera de su trabajo en Radio La Luna, en el norte de Quito.
Estas agresiones habrían ocurrido en los últimos años, sin que las autoridades hayan tomado cartas en el asunto.
Las otras agresiones se habrían realizado a la salida de conciertos de rock, parques y en peleas callejeras. Aunque se intentó dialogar con los skinheads para aclarar el tema de las agresiones estos optaron por el silencio y la amenaza.
Sin embargo, uno de ellos que se identificó como 'Tony' señaló que son perseguidos por los comunistas por su pensamiento político. No quiso referirse a las agresiones de las que se los acusa, solo señaló que la muerte de su amigo no quedará impune.
Luis Saavedra, director de la Inredh, tiene temor de que la muerte de Chimborazo desate una ola de violencia en la ciudad. Esto porque los compañeros del fallecido amenazaron con matar al presunto asesino de su amigo.
Por eso pide a las autoridades y a la Policía que tomen correctivos urgentes para evitar más muertes.
El temor de que haya más muertes lo comparte el colectivo Diablouma. Aunque también culpan a las autoridades por no haber tomado correctivos antes, pese a que habían ya denuncias.
La Brigada Antifascista, a la que pertenece Álvaro Paredes, autor confeso del crimen, se creó en Quito hace cuatro años. Mientras que hay indicios de que los grupos de skinheads aparecieron en el Ecuador hace una década.
Saavedra revela que los antifascistas se dedican a la concienciación para rechazar las prácticas de los grupos racistas, neonazis o fascistas; mientras que los neonazis hablan de limpieza social como eliminar a homosexuales, prostitutas, niños de la calle”.
Lautaro Ojeda, experto en temas de seguridad, considera que estas confrontaciones por situaciones ideológicas son injustificables. “Son corrientes fundamentalistas radicales similares a las de los nazis de Alemania, pero no pasa en el Ecuador sino en el mundo”.
No está de acuerdo con el planteamiento del director de Inredh de que las autoridades tomen cartas en el asunto. “El reprimirlos o criminalizarlos los volvería víctimas”.
Hace notar que ambos grupos son fundamentalistas y no quiere que los unos sean considerados como víctimas y los otros como victimarios. “Ambos dicen tener la razón. El fundamentalismo por esencia busca eliminar los postulados del otro”.
El ministro de Gobierno, Gustavo Jalkh, dijo ayer que la solución no es criminalizar ni perseguir a estos grupos que no son solo de Ecuador sino que están presentes en varias ciudades del mundo. Pero dijo que en el caso de la muerte de Chimborazo es necesario que la Fiscalía determine responsabilidades.
Aunque Paredes confesó en un vídeo ser el causante de la muerte de Chimborazo, la Policía todavía investiga cómo sucedieron los hechos. Paredes dice que lo agredieron; mientras que los hermanos del fallecido afirman que ellos fueron emboscados.
En el Instituto Superior Tecnológico de Artes Visuales (IAVQ), Iván Viamonde, profesor de cine, asegura que hace seis meses Paredes ya fue agredido por los skinheads. Lo que sí le extraña que es su alumno estuviera involucrado con la muerte de Chimborazo pues asegura que él era respetuoso y un excelente alumno.
Los padres del fallecido pusieron la denuncia en la Fiscalía y piden que el asesino de su hijo sea encarcelado. Paredes se mantiene oculto y pide garantías para entregarse. Por ahora, Inredh busca protección para él.
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