Símbolos nazis y fascistas, insultos a personas concretas, incluidas autoridades municipales, y a los inmigrantes, a los que se desea la muerte y se les califica de delincuentes, y el desprecio a las «personas de fuera» en general son el contenido de la pintadas xenófobas que aparecieron a primera hora de la mañana de ayer en Alija del Infantado, en el complejo deportivo de la villa, un establecimiento de hostelería y en la ermita de Ozaniego, lugar en el que la pintura estropeó fachada y puerta.
El alcalde, Luis Gómez-Villaboa, lamentaba ayer el suceso y anunciaba que el Ayuntamiento había interpuesto denuncia en el puesto de la Guardia Civil de Alija «tanto por el contenido de los mensajes como por los daños que se han causado en edificios municipales y de la Fundación Villaboa-Sierra, declarada de interés público».
El regidor dio orden para que ayer por la mañana se cubrieran la mayoría de las pintadas, tarea que casi había concluido a media tarde. «Tan sólo hemos dejado las del frontón, que se refieren al ex alcalde y a mí», explicó.
La escasez de inmigrantes. Gómez-Villaboa reconocía que el suceso «puede tener relación con el plan de repoblación y por la concesión de la explotación de las piscinas a dos personas de Madrid», explicó el alcalde, que señaló que el Ayuntamiento «puede contratar a quien crea conveniente» con independencia de su lugar de procedencia. Villaboa señaló que en Alija trabajan algunos extranjeros, «que no dan problema alguno». Según le consta al regidor existen en Alija dos súbditos búlgaros y alguno marroquí, estos últimos dedicados al servicio doméstico o al cuidado de personas mayores.
Ya en marzo se registró un suceso similar en Alija, dirigido contra propiedades particulares, que incluso llevó a la instalación de cámaras de seguridad.
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